Cosas que me provocan una terrible angustia interior

Hoy estuve pensando que es un buen momento para que me conozcáis más, conozcáis más sobre la persona real que se esconde tras este blog. La verdad que la idea surgió porque empecé a apuntar un montón de cosas de las que quería hablar aquí, pero eran tan tantas y algunas tan obvias y por lo tanto con tan poco jugo por exprimir que he decidido hacer simplemente un listado de las cosas que hacen que yo sufra espiritualmente. Ahí van, sin orden ni concierto:

-La palabra espiritualmente.
-Las despedidas de solter@s. Sobre todo en el que la gente va disfrazada con la cara de el/la novi@ en el pecho con un cartel de “se busca”. Y los velos-polla.
-Cualquier versión del kamasutra que se venda en una tienda de souvenirs.
-El humor gráfico de los calendarios para la cartera.
-Los calendarios que regalan en las gasolineras, en los restaurantes chinos, en las gestorías, sindicatos, tiendas de aluminio, asociaciones benéficas. Cualquier calendario que no sea comprado.
-El papel higiénico envuelto en ganchillo.
-El jabón “La Toja”.
-La tipografía Comic Sans.
-La frase “Si lloras por no ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver la luna”
-La ropa que se vende en el hipermercado.
-La gente que se autocalifica como “extrovertida”
-La frase “yo por las buenas soy muy buena, pero por las malas…”
-Las fotos de perros, gatos y demás mascotas en los móviles, y la gente que por desgracia te las enseña.
-Los paquetes abiertos de dulce de membrillo en la nevera.
-Los slides de myspace con estrellitas que se mueven.
-Las canciones de Maná y Juanes.
-La cantante de La Quinta Estación.
-Las fotos de zapatillas, un 90% de ellas, especialmente si son Converse All Stars de colores.
-Las Asociaciones de Vecinos.
-Las hojitas que dejan las Asociaciones de vecinos para ir a sus reuniones.
-Las reuniones de vecinos, sobre todo las que son en garajes.
-Las iglesias, los grupos de catequesis.
-Los grupos, de catequesis o no, donde alguien toca la guitarra.
-Los nicks del Messenger que tienen emoticonos, estrellas, símbolos, listas de amigos interminables con “te kiero”, frases absurdas y chistes privados. En conclusión, un 95% de los nicks del Messenger.
-El Messenger.
-Cualquier mail de reenviar, especialmente si tienen que ver con la amistad, el amor o cosas por el estilo.
-Las bodas en las que en la carta pone “solomillo” y luego resulta que es filo o algo así.
-Las bodas en iglesias.
-Las bodas con orquesta.
-La gente que es demasiado feliz siempre.
-La gente que se ríe de cosas que no tienen gracia y los que se ríen cuando ellos mismos dicen cosas que no tienen gracia.
-La gente que habla sin parar y sin escuchar a nadie como si se les fuera la vida en ello.
-La revista Hola y sus publirreportajes de famosos de tercera posando en sus horrorosas mansiones barrocas.
-Los coches tuneados.
-La tienda “Pimkie” y su explosión de color.
-Las tiendas que se llaman “Galerías Daisy”, “Moda Joven Paca”, “El Corte Italiano”, “Confecciones Analinda”.
-Los negocios que tienen como nombre el resultado de unir la primera sílaba del nombre de los componentes de una familia: Bar- Restaurant Gapami de Gabriel-Paca-Miriam), “Frutería Mayro” (de Mayte y Rodrigo).
-Los vídeos de bodas que tienen palomas y alianzas flotando en 3d. Y los vídeos de boda, comunión y bautizos en general.
-Las fotos de graduación, la mili, bodas, comuniones y bautizos, sobre todo si están enfundados en marcos dorados.
-Que la gente ponga Restaurant, en vez de Restaurante porque creen que es “más fino”.
-La gente que cree que los dátiles envueltos en beicon son “finos”.
-La gente que te obliga a leer sus poemas.
-Los poemas de un 90% de la gente.
-La marca Tous, y cualquier imitación de Tous.
-Cualquier cosa que tenga que ver con la acampada y el senderismo, especialmente el atrezzo, como casetas de campaña, cantimploras y navajas multiuso.
-La tienda “Coronel Tapioca” (aunque reconozco que tiene camisas chulas, pero me da mal rollo).
-La gente (especialmente chicos) que usan gomina con el pelo rizado y/o largo.
-La directora de la academia de “Fama”, la del pelo corto, especialmente cuando se pone a bailar.
-Los programas de TV1.
-Los vídeos de las canciones de karaoke.
-Los piano bar.
-Richard Clayderman. (ahora Richard viene hasta mi casa y me dice “Sí, te doy mal rollo, pero estoy forrado que no veas…” y yo tendría que asentir y bajar la cabeza. Pero me sigue dando mal rollo igual).
-Los videoclips de Richard Clayderman que tienen, al igual que las tvmovies, una especie de filtro blanquecino sobre la imagen.
-Las películas tipo Scary Movie y American Pie, y las tipo Torrente.
-Un 90% de los monólogos de la Paramount que me hacen cero gracia.
.La gente que se cree graciosa y se nota.
-Las revistas de pesca y de caza, y las del motor también.
-La gente que va de excursión constantemente, saca fotos a la naturaleza y luego pretende no sólo que las veas, sino que muestres fingido entusiasmo.
-La gente adulta a la que les gustan cosas como el merchandising de las películas de Disney, Winnie de Poh o el Pez Nemo.
-La gente que le habla a los niños y bebés como si fueran tontos o sordos.
-Las cosas “perfumadas”.
-La ropa que pone “Navy”, “Sport”, “Tenis” o “Army” y la que tiene bordados de anclas o nudos marineros.
-Las gorras que parecen de Fórmula 1, la ropa que parece de Fórmula 1, la gente que viste con ese tipo de ropa como si fueran a competir de un momento a otro.
-Los chándals fuera de un entorno deportivo.
-La palabra chándal.
-Las fotos de animalitos con colores saturados que los hacen parecer “encantadores”.
-Las fotos de bebés dentro de macetas, tarros, etc.
-Van Morrison y sus guitarreos felices.
-Cualquier foto hecha “de fiesta” y colgada en un lugar público.
-Los futbolistas, los entrenadores de fútbol, los comentaristas deportivos, los equipos de fútbol, los programas sobre fútbol, las prendas de fútbol y periódicos deportivos. El fútbol.
-Las novelas sobre “superarse a uno mismo tras una desgracia es posible gracias a fuerza del corazón”.
La verdad que tengo en mi cabeza una lista tan interminable que creo que por ahora lo voy a dejar aquí. Volveré a actualizar muy pronto y posiblemente extienda algunos de los puntos que comento en esta pseudoentrada.

American High School

Ya empieza a ser un hábito disculparme por no escribir en el blog. Esta vez tengo buenas excusas, quizás demasiado buenas así que por eso mismo no voy a contarlas, pero espero que confiéis en mí cuando os digo que me ha sido totalmente imposible encontrar un hueco en mi tiempo y en mi mente para actualizar. Pero aquí estoy de nuevo, después de este horrible lapsus, aún convencida de lo irrisorio que es el ser humano y de lo increíblemente difícil que es para nosotros aceptarlo.
Hace no mucho tiempo aunque parezca que sí, una amiga y yo vagábamos por la facultad criticando a todo el mundo que se cruzaba a nuestro alrededor. Y criticábamos sobre todo, por encima de todo lo demás, a la gente que se cree algo que no es, sea lo que sea lo que es y sea lo que sea lo que se crea. Porque una persona que se mira al espejo y ve otra cosa diferente de su reflejo tiene un problema. Y esta chica a la que observábamos se creía que era delgada y muy guapa a pesar de no ser ninguna de las dos cosas. Y nosotras pensábamos: ¿Por qué? ¿Por qué esa desnorexia tranquila y esa inconmensurable autoestima con la que va flagelando sin parar al resto de los presentes? Porque esa seguridad que desprendía es la que le da, sin duda alguna, el asfalto para crear el camino al éxito. Y me pregunté esa tarde en cuestión: ¿Qué es lo que hace que determinadas personas tengan una imagen de sí misma tan distorsionada a su favor? La respuesta la hallé poco después viendo una serie de televisión.
Todos nosotros (los humanos adultos) no somos más que una clase de un instituto americano con un poco menos de glamour. Es decir, nos dividimos en los triunfadores, como la líder de las animadoras que sale con el quarterbag del equipo de rugby, los nerds del club de ciencias, con sus gafas, aparatos, acné, bolígrafo roto en el bolsillo y voz de pito, los alternativos seguros de sí mismo que se enfrentan con deportividad y aplomo a la dictadura de los triunfadores, y los que no pintan nada, como la hija del pastor, que quiere ser líder pero sabe que nunca podrá porque por las tardes tiene que cantar en el coro, y un largo etc, de personajes estereotipados, tan estereotipados como la propia realidad.
Si en el instituto has sido del grupo de los líderes, probablemente el resto de tu vida te sientas como la más guapa, la mejor, la más segura de ti misma, y si has sido un nerd, te costará un triunfo dejar de serlo. Porque a todos nos marca irremediablemente lo que los demás piensan de nosotros mientras crecemos, mientras nos hacemos adultos. Vamos reaccionando poco a poco a las críticas y a los halagos, a las miradas de aprecio y de desprecio, y vamos formando un carácter que es un reflejo de lo que nos ha tocado vivir. Y yo, en mi incesante investigación de la gente joven me doy cuenta que realmente aunque las formas cambien y aunque los alternativos de hoy tengan diferencias notables con los del pasado (hoy en día los alternativos tienen marcas de ropa igual de caras que las de los que no lo son y tienes páginas donde pueden hablar con otros alternativos igual que ellos), y aunque los nerds puedan esconderse delante de sus pantallas, todos los habitantes del maravilloso mundo del instituto americano, es decir, de cualquier instituto, lo que quiere es ser quarterbag y animadora, y quieren ser los más rubios, más guapos y con más dinero, hacer fiestas de cumpleaños que ensombrezcan a las de los demás y que todo el mundo, incluso aquellos a quienes no conoces, sepan tu nombre.
Así, si consigues eso en el instituto, te garantizas una reserva de autoestima de por vida, y aunque no llegues a nada, y acabes en una caravana en la octava milla (o en un piso de 30 metros en el extrarradio de Leganés), sabrás que has sido popular y podrás contar tus grandes momentos de rey o reina del baile a tus nietos. Los que en el instituto sólo forman parte de los renegados, de los que prefieren no ser vistos para no acaparar las risas de los populares, siempre miraran al mundo con ojos desconfiados, con la certeza de que lo que tienen que decir carece de importancia, incluso si llegan a ser grandes cosas y dan conferencias delante de miles de personas sobre la difusión de los cultivos transgénicos en Asia, se desmoronarán si no consiguen el aplauso unánime del público.
Hoy en día, lo positivo de esto es que tiene solución. Un niño al que le hacen bulling puede ir al psicólogo o contarlo en el diario de Patricia con la voz distorsionada y silueteado en gris, los nerds pueden hackear los messengers de los populares por internet y los alternativos guitarrear delante de su web cam, colgarlo en su myspace y convertirse en afamados cantantes de pop rock, soñando en privado con encontrarse a una animadora que lo rechazó limpiando el local después de su exitoso concierto.
Lo que quiero decir es que ser un triunfador en el instituto no te da la seguridad de tener éxito en un futuro, y probablemente incluso las animadoras de verdad no lleguen a ser nada más que ex animadoras frustradas, pero eso sí, nadie les quitará haber sido el sueño americano del resto de los amargados adolescentes y nadie les quitará la confianza que eso les ha proporcionado. Así que, mientras la gordita ex animadora pasaba delante de mí mirándose en las superficies reflectantes y viéndose delgada y espectacular, yo me conformaba con esforzarme para ser alguien, como si le debiese algo al mundo o le estuviese pidiendo perdón a todos por no haber sido la cheerleader de mi clase. Porque aunque lo neguemos todos quisimos formar parte del grupo de los populares y bailar la canción final bajo la gran bola plateada del gimnasio en el baile de primavera.

Comunícate conmigo por favor

Antes de empezar mi speech habitual debo disculparme con vosotros, lectores, por haber descuidado mi humilde blog durante unos días que se me han hecho eternos... Me disculpo con vosotros porque estoy decepcionada conmigo misma, me había autoprometido escribir cada día sin excusas ni “esques”, nevase o diluviase, pasase lo que pasase... Pero las circunstancias me han podido.
Y bueno, como sé que en el fondo, a pesar de mi acusada sensación de culpabilidad, tampoco es para tanto, os quiero hablar de la comunicación, un tema que en el fondo siempre se encuentra en el trasfondo de mis reflexiones y de mis entraditas bloggeras. (Sé que bloggero se escribe con “u” pero me parece más bonito con dos gés, y como es mi blog, I cry if I want to).
Las personas somos seres sociales, con la necesidad acuciante de comunicarnos constantemente para sentirnos menos solos y perdidos en este parque temático de la vida. Lo más clásico es el momento del café a media mañana con su tradicional tertulia matutina y sus múltiples variantes, proceso que hoy en día se transforma, sustituye o complementa con el momento del chateo. Llegamos a casa, conectamos rápidamente el messenger, nos metemos en los foros habituales, revisamos el correo, miramos el fotolog, las peticiones de amigos en el myspace, el twitter de nuestros followers y encontramos un abismal vacío en nuestro interior si ningún contacto interesante, de esos que en nuestra mente están en la innegable categoría de élite de los contactos, está disponible y dispuesta a comenzar la increíble conversación que esquematizaré a continuación:

rafa dice: hola xdxd
rafa dice: ...
rafa dice: estás
rafa dice: .... eooooooo
carla dice: eyyyy, perdona, estaba en la cocina preparándome la merienda XDXD
rafa dice: ^^ q tal?
carla dice: aquí y tú?
rafa dice: igual...
rafa dice:jeje
carla dice: jajajajajxdxdxdxdxd
rafa: bueno, me piro a mirar el correo, pero estoy aquí
carla dice: vale

Después de esto, por fin para Rafa, el mundo volverá a girar a la velocidad normal, porque por fin ¡se ha comunicado! Porque, todo ser humano de la nueva era, de esos que o no recuerdan cómo se quedaba con los amigos antes de tener móvil o de esos que ni siquiera saben que esa época existió más que por leyendas urbanas, necesitan, en la soledad de sus vidas, una voz calmando su angustia existencial con un: no estás solo, yo también estoy, solo en mi habitación, pensando también que todo esto no tiene sentido. Sólo que hoy en día, este proceso se realiza a tiempo real, en un mundo virtual y con una certeza sólo teórico-científico-tecnológica, que no deja de ser fe en una extraña manifestación, de que quién te contesta al otro lado es alguien real. Creamos mecanismos informáticos para identificar que quién nos escribe es una persona y no una máquina, vivimos inmersos en un auto-spam de nuestro patético aburrimiento, y sentimos que la gente nos quiere cuando vemos un buzón en la pantalla de nuestro móvil, una ventanita naranja en la barra de nuestro windows xp y un friend request en nuestro myspace.
Hemos sustituido las no más patéticas quedadas en los parques de tardes perdidas entre cigarrillos mal fumados y conversaciones a medio terminar por perdidas tardes en chats temáticos conversando con extraños de dudosa identidad, y hemos cambiado conocer gente en las discotecas o en las bibliotecas o en el instituto, por hacerlo con personas de nombre genérico y foto retocada en photoshop en una miniventana en nuestra súper pantalla 17’’ panorámica. Y a fin de cuentas lo único que buscamos es algo de compañía, porque el ser humano sabe en el fondo que la soledad tiene difícil cura, pero siempre busca un placebo para olvidarlo.
Todo esto me parece justificable, pero no por ello menos patético: lo entiendo, lo respeto, no me queda más que compartirlo muy a mi pesar y de sentirme tan patética como el resto de la humanidad cuando abro a alguien una ventana del odioso y anti-comunicativo messenger, y mucho peor cuando me pongo feliz si me contestan. Pero lo peor de esto, lo que nos hace ser seres terriblemente contradictorios en el peor de los sentidos, es que en el fondo, mientras sentimos esa horrible necesidad de estar arropados por la presencia de alguien, nos importa una mierda lo que ese alguien tenga que decirnos. Lo único que ansiamos es ser escuchados, contar nuestras anécdotas sin gracia, nuestros pensamientos repetidos, nuestros pequeños descubrimientos (descubiertos antes por muchos otros) con personas que buscan exactamente lo mismo. La gente asiente de forma automática, sonríe por inercia y suelta unos ajás la mar de creíbles mientras inmersos en sus propios pensamientos buscan el hueco adecuado para soltar sus parrafadas, a su juicio mucho más interesantes y llenas de conocimiento...
Lo único que saca a dos personas de incesantes monólogos de profundo amor hacia sí mismos, es la aparición del morbo o el cotilleo en la conversación, porque en realidad, lo que hace que una persona deje de interesarse en si misma durante un instante es el tener una prueba de que las personas, el resto de las personas, u otras personas concretas, son más patéticas que uno mismo.
Así funcionamos. Funcionamos porque creemos que a los demás les parecemos interesantes, porque creemos que somos mejores que los demás y que tenemos el secreto para no ser como ellos, sabiendo eso sí, que los necesitamos para que nos confirmen todo lo anterior, con sus ajás y sus ojos abiertos de entusiasmo con nuestras palabras. Y odiamos cuando quieren empezar a tomar protagonismo. Nada más odioso que mientras cuentas tu vida, la otra persona te responda: “como yo, que...” y prosiga con su anécdota o dilema, nada peor que contarle a alguien nuestro descubrimiento asombroso y secreto y que nos diga “también me enviaron el mail...”, nadie peor que alguien que quiere hablar más que escucharnos. Y como en casi todo en la vida, pocas veces nos paramos a pensar que a los demás les molesta y les aburre lo mismo que a nosotros, porque de pequeñitos, a todos nos enseñaron que éramos los más especiales.Así que me voy a contar al mundo que he escrito una nueva entrada de mi blog, se lo diré a mis contactos en el messenger, a mis amigos por teléfono y enviaré un mail, y es que un día pensando me di cuenta que no soy más que una más, muy a pesar mío.

Adolescentes y Tribus Urbanas

Hoy voy a hablar de este maravilloso fenómeno. ¿Por qué? A lo mejor os preguntáis algunos... o no, o yo que sé... (pero por si acaso). Pues por varios motivos. Me he dado cuenta, observando otros blogs, de que mi especialización por ahora, (es decir, lo que me diferencia de otros blogs), es la de ir analizando la absurdez del ser humano en sus múltiples manifestaciones, todas motivadas por la búsqueda de la autenticidad, por el deseo intrínseco a nuestra naturaleza de querer destacar, ser diferente y mejor, pero sin disgregarnos jamás del montón. Y hablo obviamente del humano medio.
Una etapa interesantísima de esta búsqueda incesante de la autenticidad es la adolescencia. Me encanta analizar a los adolescentes. Se sufre tanto siendo adolescente, sintiendo que eres el único diferente y a la vez queriendo serlo pero queriendo ser del montón. (Ala, igual que el ser humano medio...) En el fondo todos somos adolescentes que nunca jamás encuentran su sitio en el mundo.
Y para ser un adolescente interesante tienes que pertenecer a una tribu urbana, ¿Por qué? Pues porque para ser adolescente tienes que encontrar a quién poder odiar, aborrecer, insultar -ya sea interior o exteriormente- e intentar exterminar -mejor si es sólo platónicamente-, sobre todo para lograr odiarte un poco menos a ti mismo, y en algunos casos intentar quererte un poco menos también. En general, cualquier ser humano de diversas generaciones te hablará de la tribu urbana de moda en su época de adolescente, que no es más que en la que sus miembros se creían más auténticos y diferentes al resto y por ello estaban de moda y conformaban a la gran mayoría-. Porque siempre existirá la cultura y la contracultura y todos nos sentimos siempre parte de lo segundo.
En el mundo actual, el mundo de internet, de la tecnología de la inmediatez, de la hipotecada y masificada clase media dominante, de la televisión a la carta, del odio a la U.S.A. de Bush, del miedo al conflicto con oriente y del abuso del frikismo y de lo esperpéntico. En esta era de búsqueda del famoseo a cualquier precio y de la des-información por sobre-información, en este mundo de hoy, el adolescente de la contracultura (perdonenme sus oponentes, pero es mi clasificación so I cry if I want to) no es el más informado y culto, no, pero cree que sí, porque cree luchar contra la más masiva, temida, intolerada y criticada tribu urbana de todos los tiempos, redoble de tambores: Los Kanis. Esos enemigos de los niños. De aspecto naikero y tunning del más feo. De oro de muchos kilates y acento agitanado. Mutan en cada pueblo, se les denomina de diferente forma, nacen en las periferias y pueblan las discotecas a ritmo de techno, reggeton, rumbita, lo que sea. No saben nada del mundo en el que viven ni les interesa, son felices y no tienen aspiraciones, sus sueños son tener novia, trabajo mileurista estable, algunos hijitos y vales descuento del Carrefour.Por todo ello son un estereotipo de lo más recurrido.
Pero no me quiero detener a hablar de ellos porque todos los conocemos, en realidad de lo que quiero hablar es de que en mi trabajo de exhaustivo análisis de la lucha triburbanística, he observado que cada grupo se ha gestado como contraataque a ellos, (incluso de forma inconsciente), o en su defecto, a lo que ellos representan: la absoluta decadencia de la humanidad, el absoluto desinteres por casi todo lo que no sea el más abrumador de los individualismos.
Y cada tribu ha buscado el mecanismo mediante el que diferenciarse y luchar contra ellos.
-Los rappers quieren liquidarlos con su léxico, sus rimas urbanas como balas dialécticas en sus cuellos kanis.
-Los emos, que quieren contrarrestrar su kani-felicidad mal infundada con la expansión de la depresión existencial llevada a lo irrisorio.
-Los jevis, ese clásico y mutante grupo de gente oscura los combate llevando al extremo opuesto su aspecto y su música: los ritmos electrónicos repetitivos por guitarreos rebuscados, los colores estridentes de sus apretados chándals por ropa larga y negra.
-Los pijos, que los combaten con miradas de reojo y susurros de desprecio bajo cortinas de flequillos equisequisele.
-Los popis (y/o modernos) que intentan contrarrestras su expansión con una elevada dósis de supracultura, pedantería y elitismo.
-Y finalmente los frikis, que luchan contra ellos de la forma más clásica: en su cálida trinchera. Su habitación, la pantalla del ordenador y un mundo que no existe.
Cada teenager se siente cómodo, refugiado en su tribu que es la mejor y la más original, y siempre la contraria a la mayoría. Y está bien, porque en esa búsqueda de ser diferente y de "luchar contra el enemigo", se acercan de forma casi inconsciente al conocimiento y muchos de ellos se convertirán en personas que logren cosas o que al menos lo intenten, y aunque muchos acaben siendo humanos del montón, tengo el absoluto convencimiento de que para llegar a ser algo en la vida, (sea lo que sea lo que eso signifique), se debe haber pertenecido a una tribu que luchase contra el resto, y sobre todo que luchase contra la apatía, la incultura y la chavacanería.
Dentro de cada uno de esos grupos, muchos de sus miembros en realidad escuchan a escondidas temas de las listas de éxitos comerciales, ven telenovelas y leen best-sellers de lo más simplón, aunque nunca lo admitan. Pero estoy segura de que algún friki, algún jevi, algún popi, solamente para ser diferente, solamente para luchar por ser único, descubrirá en su interior una idea brillante que le hará decidir tomar las riendas de lo que quiere ser. Siempre existirá "el montón" y siempre tendremos una relación de amor odio con él. Cualquier adolescente pensará alguna vez en su existencia como tal que "la gente es lo peor porque no conoce a mi grupo", pero pensará que "su grupo se ha vendido" si todo el mundo empieza a escucharlo. Y en esa lucha por metamorfosearse, salir de su piel y dejar la anterior en el suelo al seguir andando, en eso precisamente consiste encontrar en la medida de lo posible algo que quizás hemos olvidado los adultos: la identidad. Una palabra que a menudo ni siquiera recordamos que existe. Incluso yo, que a veces escribo todas estas tonterias preguntándome: ¿No soy exactamente igual que el resto?

Me encanta la tele

Me encanta la tele de hoy en día. Pido disculpas de antemano a los comunicadores, entendidos, expertos, críticos, elitistas, bohemios, amantes de la literatura, cinéfilos, frikis y también a los creadores de telebasura que, riéndose de mí con sus rebuscados productos de incultura, resoplan al pensar que la humanidad es imbécil mientras leen esta humilde entrada en este desconocido blog...
(Por cierto, ahora que digo blog, y cambiando de tema, me parece súper pedante la gente que llama a los blogs "cuadernos de bitácora", por favor si alguna vez lo hago matadme o algo.)
(A veces me odio por no evitar cambiar de tema como no puedo evitar poner puntos suspensivos)
Y continúo. Estoy solita en casa. He merendado un pan con tomate y un café y he puesto de fondo el canal 24 horas de OT mientras reeleía el segundo capítulo de una novela que ando escribiendo. (Mi amiga Sheyloops haría un chiste tipo: ¿Pero andas o escribes?) Y de pronto, mientras unos disonantes estudiantes mostraban con orgullo sus desarmonías a los profesores, un no-realizador ha pinchado una cámara que enfocaba el escorzo de un piano. Durante siete largos minutos (este dato temporal me lo acabo de inventar, no penséis que lo he minutado o algo. Pero es verdad que fueron largos) observé un piano inerte, acompañado de un silencio. Y entonces, en mi cabeza, me visualizé delante de ese realizador, con sus gafas de pasta, su jersey negro de cuello vuelto, sus Vans con rombitos y su pin "no soy freak, soy un dragon nivel 70" diciendo al hiperactivo becario "¡Ahora, pincha!", chasqueando los dedos frente a un monitor de aspecto prediluviano y limpiándose la gota de sudor de la frente. Yo frente a él, lo aplaudía, impertérrita (en mi cabeza), porque él realmente siente, delante de su escorzo del piano, que es un Godard decidiendo el futuro de la tendencia creativa en televisión...
Y ahora, en este instante en el que escribo, uno de los estudiantes de OT, que está siendo enfocado por otra cámara, canta con brío "como quien no quiere la cosa" observando al público, (mirándome a mí directamente a los ojos), y alzando sus manos hacia España diciendo para sí probablemente: ¡Gracias España!. En entrevistas futuras dirá: "después un rato no eres conscientes de las cámaras Jordi... Son parte del mobiliario."
En casa tenemos un chiste, es friki pero a mi me hace mucha gracia. Cuando en la Cuatro se equivocan al enfocar algo, o hay una mala conexión, le decimos al cámara de turno, extradiegéticamente: "Ala, castigado a ¡Fama!." (Me río en alto al escribirlo... sic)
Y bueno, desde aquí y tras relatar prácticamente a tiempo real mi aventura en el mundo de la telerrealidad 24 horas, os voy a dar un consejo antes de proseguir: por favor, poned alguna vez OT 24 horas o FAMA 24 horas muteado, y dejaos llevar por el ritmo sutil de los cuerpos y los gestos de las caras al compás del silencio, es la mar de ridículo.
Pero me encanta la tele de hoy en día, porque hoy en día vale todo. Programas inverosímiles, (vivan los creativos de MTV), programas mal realizados, presentadores que son auténticos esperpentos. Hemos sacado al corazón de nuestras vidas en su práctica totalidad, ahora está donde tiene que estar: en el apartado "humor". Realities tan a punta pala que ya no le importan a nadie, canales de noticias 24 horas, programas coach. La tele de hoy en día no aboga tanto por la calidad como por la inmediatez y la ley de la programación ha muerto, ¿A quién le importa cuándo se emite CSI? Telecinco puede hacer lo que quiera, en AXN ya lo han dado y yo me lo bajé del bitcomet hace un mes. La televisión de hoy está de capa caída, y por eso me gusta, porque me gustan las culturas que decaen. Una vez escuché dos ideas que siempre me han parecido geniales y ahora copio: "siempre hay una era de avance tecnológico seguida de una era de la creatividad al servicio de ese avance" y "las mejores ideas nacen de los pueblos en crisis".
Estamos en una crisis, en una crisis de expertos comiéndose la cabeza por ser más originales que el anterior en su puesto por miedo a que haya un sucesor, la crisis de "un niño de trece años puede tener LA IDEA", la era de la competición...

Somos carne del mass media y a pesar de ello yo recomiendo ver la televisión, porque no hay que darle más que su justa importancia: un medio que hoy en día está relegado al puro y duro entretenimiento. Un gran contenedor de diversión que observa sin voz ni voto que mientras las series se acercan al cine, heredando el clasicismo holiwoodiense, los programas se acercan al histrionismo cirquense.
Y sólo quiero decir que a mí, por (y a pesar) de todo eso, me divierte. Y no me averguenzo al decir que Efecto Ex, Cita con mamá, Miami Ink y Extreme Makeover son programas que veo religiosamente. Y puedo decir eso de pocas cosas en esta vida.
Y si todos vosotros me odiais por ello siempre podré pedir curro de realizadora en la próxima edición de FAMA, ¡A BAILARRRRRRRRRRRR! (El programa que nos ha demostrado que ocupar un puesto de honor en el top de audiencias puede no está reñido a la ley de la selva).

Homo-Turisticus

En el título parafraseo a Solas, un profesor muy freak que tuve el año pasado... Eso somos, en eso nos hemos convertido. Sé que había prometido no caer en la crítica social pero no he podido evitarlo como no puedo evitar poner puntos suspensivos...

Y quiero hablar de este tema porque estoy un tanto molesta con un comentario que me han hecho hoy. Una persona me ha dicho, sobre mis recientes vacaciones en México en un compejo all inclusive (de esos de la famosa pulserita) , diciéndome que el maravilloso hotel en el que nos alojamos era "nada auténtico y una tontería para turistas". Pues bueno, ofendida estoy, pero no por la obviedad del comentario, sino por el hecho de que haya gente que pueda opinar que sus vacaciones son más auténticas que las de los demás.
Y esto va dirigido, esta crítica, a toda esa masa en la que me incluyo de occidentales europeo-pensantes, esos que sabemos que el americano medio es tonto, que el europeo medio es culto, que buscamos las originales y auténticas vacaciones de "conocer y explorar otras culturas" sin mezclarnos con la plebe que abunda en las playas de Benidorm. Porque es mejor mezclarse con los poblados y enriquecerse con su sabiduría de pueblo.
Sólo quiero hacer(nos) llegar este mensaje: nada hoy en día es auténtico, "las vacaciones auténticas" son igual de cutres, de kistch, de turísticas que ir a Benidorm y que ir a un all inclusive. Es igual de turístico también ir a visitar los fiordos noruegos, el antiguo Egipto, Etiopía, Nueva Zelanda, Islandia o Praga. En cada uno de esos lugares un montón de lugareños de diferentes clases sociales intentarán venderte productos de sus artesanos, en cada puesto "más auténticos que el anterior", en Candem Town te venden los mismos vestidos made in china que en el rastro de Madrid, y para los festivales de música étnica organizados por los hippies en Finlandia también tienes que pagar entrada y te puedes comprar el pin. Puedes pagar cien euros para ver como una descendiente de los mayas cocina una torta mexicana igualita que la que te comes en el ¡Viva México! del Carrefour y puedes sufrir una lipotimia en el cambio de guardia de la reina y también el las pirámides de Egipto.
Hoy en día te venden la autenticidad como reclamo, pero no es ni más ni menos que un negocio, tan negocio, tan poco auténtico, tan prefabricado y tan irreal como cualquier complejo vacacional.
Hace muchísimo tiempo que "el sol y la playa", dejó de ser lo más normal, lo típico. Y desde que las vacaciones, como la lavadora, se pueden pagar a plazos, las hipotecadas familias de renta media, con sus hijitos a cuestas, viajan de un lado a otro enseñándoles la Torre Eiffel y la Sagrada Familia, de vacaciones rurales o de ruta amazónica. El mundo entero, hoy en día, es un gran escaparate, todo el mundo en sus "hobbies", escribe "viajar", todo el mundo en los foros de viajeros, pone en su nick los viajes múltiples y auténticos que han hecho cada verano, cada agosto de overbookings, trasbordos en Frankfurt y niños llorando por volver a su hogar.
Una piscina de 3000 metros cuadrados, la casa de Lenin, una cabaña en el lago, la tumba de Morrison, la de Pancho Villa o la calle donde se rodó la cabecera de Friends. En Nueva York puedes comprar un tour por los escenarios de la serie Sex And The City y en China una guía con un paraguas te enseñará la muralla china. La cultura en vivo tiene un precio y todo esto, hoy en día, ha dejado de ser auténtico, y probablemente lo más auténtico es quedarte en casa y salir los viernes a comer fuera.
Todos tenemos opciones, somos elitistas y queremos ser diferentes al resto porque es lo que nos enseñan de pequeños los padres, los profesores, los medios y los ídolos. Sólo que no lo somos, somos más muchedumbre, con unos pocos euros más o menos en el bolsillo, con un poco más o menos sentido del sacrificio, todos somos un homo-turisticus, expuestos a que nos claven siete euros/ 10 dólares/ 100 pesos/ 7800 florines o 20000 yenes por un llavero de mierda en el dutty free de un aeropuerto internacional.

La autenticidad caducó incluso antes que naciera el hombre más anciano de la tierra.

El mundo del fotolog

Cuando os dije que había creado este blog para convertirme en una bloggera famosa algún día, en parte mentía... Lo siento. En realidad en un origen primigéneo creé este blog para hablar sobre los fotologs. Ese mundo lleno de vida y de sentido nulo del gusto y la estética.

Eric Hamilton, como me ha enseñado mi amigo Enjuto... creó un día los jpegs, dando al mundo la posibilidad de compartir imágenes con muy poco peso. Y otros programadores y él son los culpables de que la gente común pueda compartir sus imágenes a 3 pegapixels con nosotros. Fotos atroces, mal enfocadas, encuadradas, con ojos rojos y aire mal colocado por todos lados, poses delante del espejo con el reflejo del flash, fotos de grupos felices haciendo posturas más felices aún. Fotos de grupos vacacionales, autofotos de novios besándose delante de la Torre Eiffel o el Carrefour.

No contentos aún con hacernos sufrir de esta manera, la gente decide retocarlas en photoshop. Porque todo el mundo hoy en día en su cv pone "domino photoshop", le dan a añadir - filtro - carboncillo, cortan la imagen en dos, la mitad la ponen en blanco y negro, le ponen la imagen de su ídolo superpuesta y una frase como "Si lloras porque se va el sol, las lágrimas no te dejarán ver la luna". Esto en Comic Sans tamaño 72 en color rosa palo. Lo miran y se sienten súper orgullosos y borran de su cv "domino" y ponen "experto". Luego la cuelgan, sintiéndose también programadores. Y se sientan a escribir el comentario que va debajo. Que podría ser algo como:

"Día Inolvidable. Patri, Carlos y yo nos fuimos a La Sierra. Risas, Calimotxos, más risas: "¡Mira el burro Carlos!! xdxd ¿Te acuerdas Patri", más calimotxos. Joer xicos, que haría sin vosotros! Ahora miro atrás y ya dos años! Jolines. Ahora mañana otra vez al curro pero, ¡da igual!. No podría ser más feliz.

Os quiero!!!

Escuchando: La Quinta Estación "La Frase Tonta de la semana"
Frase: "No se aman quienes se miran entre ellos, sino quienes miran juntos a la misma dirección"
Persona: Tú, por ser como eres, por hacerme sentir la más especial.

XDXDXDXD"

Y eso más o menos es el fotolog medio... Pero falta algo. Sus amigas: rocio_rubia, princesadecuento, fernando_realmadrid, loloypatriamorforever y más les dejarán un montón de comments para que se sienta súper querida:

"¡Te quiero Susi, de verdad! No no y no, ¿Que sería SIN TÍ? Por las risas, por los momentos dulces, por entenderme, por saber estar siempre a mi lado, porque ¡que sería de mí sin tí! Mi chicle trident (sólo tu y yo nos entendemos) jajajaa. Buaah, no quedan risas aún! Eres la mejor, wapaaaa"

Y entonces Susi llorará un poco y le escribirá un comment de vuelta a Patri. Y lo peor es que todos creemos:

-Que el nuestro no es tan hortera
-Que nuestras fotos no son tan feas
-Que nuestras amigas no son tan cursis
-Que no se nota que estamos posando
-Que nuestros chistes privados son mucho mejores que los de los demás
-Que somos los más especiales

Pero admiro a la gente que ve su fotolog y no piensa que es una horterada. Y de todas formas gracias, porque cuando no puedo dormir miro los fotologs de la gente (sí, lo hago y podéis decirme que no tengo vida y que me meta en mis cosas pero sé que también lo hacéis) y me parto de risa aunque a veces luego me sienta vacía por dentro, como si internet fuera una gran voz que nos dice: ¡sois lo peor! La tecnología os da la posibilidad de expresaros, y ¿Esto es todo lo que sois humanidad?

Pero weno... debería irme acostumbrando.

Y nada chicos, que os quiero, sabéis quienes sois, sobra decirlo. Que risas jajaja. 11-04-08 ¡sobran! equis de equis de equis de.

¿Meta Blog?

A veces me pasa... y no puedo evitarlo. Como no puedo evitar poner puntos suspensivos aunque sé que son horteras, casi como ponerle una funda de punto de cruz a un rollo de papel higiénico.
Lo que me pasa y no puedo evitar, es analizar todos los factores de algo antes de tiempo. Por ejemplo, desde que terminé de escribir la primera entrada de mi blog hasta ahora he entrado en el blog de Nacho Vigalondo, el guay ese que tiene en El País, y he dicho, me he dicho: "Sabina, jamás vas a llegar a ser una bloggera famosa, no vas a festivales de cine en Texas, no eres stripper, ¿Qué eres Sabina?
Así que me he puesto a reflexionar sobre la última pregunta y he llegado a un montón de "no soy's": no soy una auténtica cinéfila, me encanta 50 primeras citas, no puedo evitarlo... y me aburre kurosawa y bergman me deprime. No soy melómana, puedo estar una semana escuchando una sóla canción en mi iPod sin aburrirme y no llegar a ninguna conclusión, no soy especialista en casi nada. Ni siquiera buena haciendo monólogos aunque me gusta criticar las cosas. No soy una auténtica freak, no me gustan las cosas japonesas, no juego a rol y un muñeco de colección de Stars Wars me da tan igual que te sorprenderías.
Así que, sin querer caer en el meta blog... Creo que mi blog va a ser disperso, y la dispersión no es la mejor forma de éxito. He pensado que voy a analizar aspectos de la sociedad en la que vivo. Sé que ha sonado aburrido, pero no pienso hablar de política ni de la poca solidaridad del ser humano del siglo XXI, nada de eso. No quiero adelantaros futuros contenidos. Sólo anunciaros con esta nueva entrada de mi blog, que creo estar un poco más cerca (lo que no deja de ser un poco más lejos), de descubrir quién soy.

Mi Primer Blog

Llevo mucho tiempo preguntándome: ¿Porqué hay bloggeros famosos? Como Diablo Cody, que ha ganado el Oscar a Mejor Guión Original este año o como Nacho Vigalondo que tiene su blog guay en El País.

Y no obtengo respuestas... De ninguna fuente, ni de yo como fuente, de cómo han logrado ser así de famosos con sus blogs. Así que la mejor forma de empezar es crear el mío propio para comentar mis propias tonterías que no son menos tontas que las de los demás. Porque mi objetivo en la vida a partir de ahora es llegar algún día a ser una bloggera famosa. Y que en los periódicos hablen de mí en un futuro diciendo "la famosa escritora y bloggera Alba Sabina Pérez ha asistido al evento... tal tal tal". Porque me encantan las palabras bloggera y evento y no sé por cuál de las dos decidirme.

Iré hablando de cosas interesantes, o no, o yo que sé...